domingo, 4 de septiembre de 2011

MORTIFICACIONES ATEAS: (GRAN VIA CRUCIS)

A mi amiga E. no le gusta que cruce los brazos. Dice que se te cierran los chacras y que te entran en tropel los siete males. Claro, que mi amiga es gallega con ascendente en Vigo, que si fuera de aquí, de Madrid, sabría que los males son más de siete.
Solo en el mes de Agosto y contando los males que empiezan con la JMJ de Papa o de PP me salen varios miles. Millones según los organizadores.
Lo mismo me excedo llamando “males” a esos miles/millones de jóvenes que tienen alma y cuerpos a cargo de nuestros impuestos, pero es que me tocan un poco los huevos. A que negarlo. ¿Se puede gritar “Soy drogadicto, mi droga es Benedicto” en plena calle?. Pues si, se puede.
Dejando a un lado el tocamiento de bolas y el aliñamiento de niños a base de disfraces de la Guardia Suiza (!que ya es provocar¡), debo reconocer que de todo esto del JMJ, me inquieta sobremanera el tema de la indulgencia plenaria. Me explico, al parecer Benedicto decidió que si participabas de forma presencial en alguno de los actos del JMJ te conmutaba la pena por tus pecados, pero que si lo hacías cómodamente desde el sofá, la indulgencia seria parcial. Que digo Yo que lo de parcial será que te dejan entrar en el reino de los cielos pero con régimen abierto y que de ahí lo de los fantasmas y los espíritus. Ahora lo que no entiendo es que si te pueden perdonar todo, y todo de una tacada, ¿para que montaron 200 confesionarios móviles en el Parque del Retiro?. Lo mismo solo era para cotillear a través del ventanuco ese que ponen para no verse y que en ingles se denomina “glory hole·”, o eso me pareció entender.
Haciendo honor a la verdad, debo reconocer que la misa-mitín-chapa que se realizó en Cibeles el día 22 me impresionó. Yo fui ilusionado pensando que vería a Jorge Javier Vázquez (soy superfan) pues por lo que había oído a los miles/millones de jóvenes y jovenas enmochilados, creí que era una fiesta de los de “Salvame” y que irían Kiko Matamoros y Kiko Hernández. Obviamente no me enteré. Eran otro tipo de Salvame y otro tipo de Kikos. El caso es que ellos tampoco se enteran mucho de que va la misa. Quieren enviar 20.000 sacerdotes a evangelizar China. ¿Para qué?. Pero si todos los chinos están aquí, en su tienda viendo la tele tan ricamente que ni compras para no molestar. Tenia pensado quedarme hasta el final, por lo del vino más que nada, pero me pareció que este Kiko era más de hostias que de vino, así que opte por irme a Chueca a calzarme un gintonic y un pecado mortal.
En fin, que por si acaso, voy a seguir la recomendación de mi amiga E, y no volveré a cruzar los brazos. No por temor a los males, que si son como estos me la sudan, si no por los chacras, que con el calor que hace no quiero nada cerrado que me da como ahogo.

Estela